Música Wave

lunes, 22 de octubre de 2012

la poesía de Cosme Saavedra


En Fauna Cosme Saavedra (Sullana 1977) logra desplegar de manera sencilla, fresca y original un abanico de seres que pueblan nuestro imaginario y que a su vez nos invita a redescubrir los distintos espacios que nutren la experiencia vital del hombre (la infancia, lo mítico-fantástico, lo silvestre etc.)

El yo poético nos dice:

FÉNIX AVE ASTRAL: Trágica garza coronada en los sagrarios egipcios para la muerte. Devuelta al fuego bruñido que concibe alados mitos para la vida.

GRIFO Y PETROGRIFO: León veterano (…) animal legendario que se empolva en las bibliotecas.

PICAFLOR RÁFAGA ARCOIRIS: Un picaflor es cierto geniecillo que todavía no se hunde en su lámpara de ensueño.

En Fauna asistimos al ritual fascinante de la palabra que nos lleva a cavilar por distintos caminos, lunas y cielos. Sin duda la poesía de Cosme Saavedra se unirá por méritos propios al de otros poetas significativos que nos ha dado siempre la cálida Piura.


Les dejo dos poemas a dos toques cada uno.


DRAGÓN SIN LA PRINCESA

ÉRASE UNA VEZ una lagartija alada que tosía fuego. Tenía el cuerpo regordete y las garras gastadas. Sus días de villano en los cuentos de hadas habían sucumbido. Perdió el cupo de centinela en el cautiverio de las princesas. Su estrella de oriente y la escafandra de escamas verdes. Dedica su valioso tiempo a repartir su foto por los tugurios. En la piel de las muchachas o en las academias de Karate. Un dragón sin su princesa es un cuento que desmorona el corazón.
 
MONO SOBRE LA TIERRA

CORVADO, ETERNO custodio del sol, de la arena, de los vientos. No llueve hace mucho y permaneces estático coloso bajo el cenit. El espiral simétrico, vertebral, donde las estrellas se empozan. Crece como una vía láctea sobre tu lomo hollinado por la atmosfera. Como un boceto visitado por la vida en los espejismos de Nazca. Mono, adalid del universo, esbozo de Hombre para las águilas doradas. Sobre la tierra gira tu silueta, en las junglas agrestes del arcano.     

miércoles, 19 de septiembre de 2012

EL NUNCA CORRESPONDIDO AMOR DE LOS FUERTES POR LOS DÉBILES


Hasta el fin de sus días Perseo vivió en la creencia de que era un héroe porque había matado a la Gorgona, a aquella mujer terrible cuya mirada, si se cruzaba con la de un mortal, convertía a éste en una estatua de piedra. Pobre tonto. Lo que ocurrió fue que Medusa, en cuanto lo vio de lejos, se enamoró de él. Nunca le había sucedido antes. Todos los que, atraídos por su belleza, se habían acercado y la habían mirado en los ojos, quedaron petrificados. Pero ahora Medusa, enamorada a su vez, decidió salvar a Perseo de la petrificación. Lo quería vivo, ardiente y frágil, aún al precio de no poder mirarlo. Bajó, pues, los párpados. Funesto error el de esta Gorgona de ojos cerrados: Perseo se aproximará y le cortará la cabeza.



Autor: Marco Denevi - Tomado del libro Falsificaciones

viernes, 31 de agosto de 2012

DESEO


Yo te amo porque tú no me amas. Tu pequeñez me orienta la esperanza en la búsqueda de la dicha. Si tú crecieras como los árboles, yo no sabría qué desear. Tú eres la medida de mi gozo. Tú eres la medida de mi deseo. Detrás de todas las muertes, está el júbilo de reencontrarte en los paraísos terrenales. Amor, cosa pequeña que no crece nunca... Si un lucero cayera, tú lo recogerías, y te quemarías las manos. Mi amor no ha caído del cielo, y por eso no lo recoges. Eres tonta y linda como todas las mujeres. Tú ríes, y tu risa me reconcilia con la noche.
-¿Por qué no me amas? Sencillamente me abandonas al viento que pasa, y la hoja que cae y el farol que alumbra, como si al perderme nada perdieras. Y mi amor en esta hora es lo único que te es atento. Ahora nada inquietas sino mi amor que te sigue como tu sombra, queriendo verte los ojos. Ámame, aunque mañana, al despertar, ya no me recuerdes. Ámame, la hora te lo exige. ¡Ay de quien no obedece al tiempo!
[...]. Un viejo es un charco al que ninguna muchacha va a mirarse la cara. Porque la vida de uno es un charco, pero la vida de los otros son caras que vienen a mirarse en él. [...].
 M. Adán

martes, 28 de agosto de 2012

POÉTICA


Poética
Guitarra de Venas

Creo que escribir y publicar poesía obedece, fundamentalmente,
a dos necesidades que no son comunes a todos los seres humanos.
La primera, la de comunicarse con otros;
la segunda el afán de hacer
algo bello. (Probablemente no se consigue siempre tales propósitos;
sin embargo ínsito en creer que ellos resultan
connaturales a nuestra especie humana).
Por desgracia, hablando en términos económicos, en el marco del sistema
capitalista, la poesía es un artículo sin demanda; una suerte de lujo
destinado a “las grandes minorías”. (Me consuelan algunas mañanas
domingueras de Moscú donde vi a miles de personas
reunidas en torno de su fervor curios para escuchar poemas).
Hay, desde luego, a nivel mundial, quienes cuentan
con masas de lectores; pero son los menos.
¿A qué factor se debe esta falta de respuesta al trabajo poético?
Al margen de las causales sociológicas, mi experiencia me dicta
lo siguiente: la palabra poética, en aciago momento,
se divorció de la música
(¡Felices siglos aquellos en que ambas caminaban unidas por las manos;
ya en religiosos himnos indianos o bajo incrédulos
pórticos de los coros griegos!).
Este párrafo anterior puede explicar, en buena parte, por qué he dedicado
mi último tiempo, cada día más corto, a  escribir canciones populares.
Mi deseo es contribuir, en la medida en que me lo permita la guitarra
de mis venas, a un reconciliamiento, a un nuevo matrimonio
entre la palabra y la música. (Quisiera tener tiempo para asistir a la boda).
Y termino por donde principié… quiero comunicarme,
quiero hablar con mis semejantes; quiero hacer algo bello.
Quiero cantar.
 J.G.R 

lunes, 7 de mayo de 2012

esquizofrenia/ Adrián Bravo


Correr ya no es lo mismo, la casa está triste, el patio ya no significa nada para mí, mamá ya no me habla; le grito, le imploro y no responde, claro que en realidad nunca me hizo mucho caso, sólo me hablaba cuando tú se lo pedías, haces tanta falta, haces tanto vacío, y ahora que lo pienso algo tiene que ver el cómo eras, sí eso debe ser; te hacía caso porque eras esquizofrénico, no sé qué es pero parece bueno. Debí salir, debí hacerme ver cuando gritabas “¡César! ¡César! ¿Dónde estás?, sal…” no diste conmigo, ¿Por qué escapaste? ¿Por qué fugaste? ¿Por qué te fuiste a buscarme? ¿Acaso no viste que estaba debajo del poyo de la casa? Ahora mamá me ve asombrada y llora, parece que no lo creyera, quizás no cree que te esté mandando una carta, debe ser porque nunca lo he hecho, se ve asustada como si viera un fantasma, estoy preocupado, la empiezo a calmar pero está en shock, me acerco y corre al zaguán, parece no querer verme, no sin ti, vuelve miguel que de nuevo al verme, puede inquietarse mamá…

Esquizofrenia / Adrián Bravo


Correr ya no es lo mismo, la casa está triste, el patio ya no significa nada para mí, mamá ya no me habla; le grito, le imploro y no responde, claro que en realidad nunca me hizo mucho caso, sólo me hablaba cuando tú se lo pedías, haces tanta falta, haces tanto vacío, y ahora que lo pienso algo tiene que ver el cómo eras, sí eso debe ser; te hacía caso porque eras esquizofrénico, no sé qué es pero parece bueno. Debí salir, debí hacerme ver cuando gritabas “¡César! ¡César! ¿Dónde estás?, sal…” no diste conmigo, ¿Por qué escapaste? ¿Por qué fugaste? ¿Por qué te fuiste a buscarme? ¿Acaso no viste que estaba debajo del poyo de la casa? Ahora mamá me ve asombrada y llora, parece que no lo creyera, quizás no cree que te esté mandando una carta, debe ser porque nunca lo he hecho, se ve asustada como si viera un fantasma, estoy preocupado, la empiezo a calmar pero está en shock, me acerco y corre al zaguán, parece no querer verme, no sin ti, vuelve miguel que de nuevo al verme, puede inquietarse mamá…

martes, 10 de abril de 2012

César Ávalos o la redención


Luego de una temporada de sequía escritural encontramos a César Ávalos.
Sentado y enfebrecido.
Escribiendo cuartillas que tal vez nadie entienda; una suerte de diario poético-existencial.
Nos llega también la primicia de la reedición de su libro: Ningún lugar dentro, con prólogo de Gabriel Ruiz Ortega.
Ávalos en este año, promete mucha angustia.
Porque César, está de la vuelta



Xudario /  mi malecón

                                                                           César ávalos

No sé que extraña fuerza y obsesión me devuelve siempre a las calles de Chaclacayo.  Así como al muelle de Cerro Azul. Es como si en esos lugares existieran burbujas de soledad que añoro y se impregnaran salvajemente en las personas y las convirtieran en seres densos, meticulosos, raudos: irreales. Blancos de una soltura y vivencia casi religiosa. Devaneos pienso. Coqueteos con el alcohol. Tal vez busco lo mismo de siempre: litteratura. Por aquí encuentro al autor de “Los perros hambrientos” y por el otro, más allá. Al sur, al de “Órbitas tertulias”. Peliaguda contradicción de seres exóticos. La tierra y el mar, lo popular y lo rebuscado. Qué tendencia lleva a escribir y a vivir en tales sitios.
La casa de CA la tengo ubicada en el centro mismo de mi corazón. Mi cuerpo paternalmente hablando, solo se permite una porción de anticuchos y dos Peroni. Dos sabores fuertes y picantes me despiertan más que un matinal jugo de naranja. El aire que corre en esta especie de muralla o malecón es exquisito. Sentado al frente mismo de Huampaní no puedo dejar de sentirme envuelto por una voluta de tristezza. Que me recoge suave y dulcemente. Los rostros pasan cientos y al parecer he encontrado el lugar adecuado para beber y escribir. Esto puede parecer la orfandad pero no lo es. Es más bien la pasión la que impulsa a escribir. Los rostros me miran raros, extrañados de mi peculiar actitud y por más que quisiera pasar desapercibido todos saben que no soy de aquí. Y ahí viene el lío eterno de la existencia. Estos últimos días han sido patéticos. He sido malo hasta el hartazgo de la soledad. Será porque en todas ellas aparece el flaco Quesada celebrando nuestra particular  semana santa. Hace un año ya de esto. Debe ser. Porque no hay pena sola que no venga sola sino que todo obedece a una secuela de abismos. “Las penas hondas del alma” dicen. Nadie se perdonaría tanta flaqueza, ni tanta tristezza. Hoy lo único útil que he logrado ha sido concertar un encuentro con el Dr. Ch. el médico de cabecera que atendía a CA y que dicen certificó su muerte; así como la de otro connotado militar-presidente. Voy por buen camino. Algo muy interno y muy animal me lo dice. Habrá médicos de poetas? No sé porque me viene esto a la mente y pienso en Luchito Espejo y en largas sesiones con alcots-poets.


Me cruzo con el youngker más extremo y fiero de este barrio, esos que andan con el
 demonio dentro. Me habla de droga y muerte. Lo miro y le sonrío.
-No, paso-
Entonces huyo. Porque a veces es bueno huir.
Me regreso del pecado y busco una lux. Una, aunque sea una sola solita lux.
Quiero ser yo quiero ser libre (Violadores dixit)
Pero en verdad quiero estar lejos. Con la soledad no se puede: o la habitas o te
habita. Dulce / salada: tú escoges.
Haabitas…habbbitas…habitassss???
Decido volver al punto de partida
Las peroni ya sucumbieron, ahora voy por una verde de trigo
-Y cómo le fue-
-bien, digo- es un decir-
Undecir
Unnnddeciiirrrrr
Vuelvo al paraíso. Una Sirov me mira coquetamente y yo cierro los ojos y camino.
 En el corredor encuentro a Malena que me mira de reojo. Miro sus letras
cimbreantes y seductoras.
-No-
Tómate mejor un Artesano o un Astika son superiores a lo que miras. Y yo miro a
RC en su innmmensssa mirada que me traga, envuelta en su celo de fotografía, en su
sueño. Todo por beber.
Salgo.
Me paro al borde de la tienda a mirar el cielo raso del azul encapotado y no
encuentro  más que un cielo negro, poblado de turbias nubes. Un bebedor contiguo
me dice:
-          O llueve o huayco – qué prefiere-
-          Lluvia- le digo
-          De dónde viene-
Otro que se da cuenta que no soy de aquí

“ni soy de allá
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad”


Estoy a punto de empatarme con estos dos personajes que viven enrejados en sus barrios mentales. Pero eso sería echarme a extrañas conversaciones y vivo yo y mi mp3 saturado de cosas propias:

Tierra / alegría
Océano y muerte
Viento / belleza
Fuego / silencio

Pero la verdad, a estas alturas ya ando picado por la mar brava y sigue la gente pisada en su andar. He regresado a mi malecón. A mi sudario. Ahora miro el borde enfilado de los cerros que enmarañados me ofrecen una curva-turbia visión. Pueblo la tarde.

… Si lloviera me sentiría redimido…

Casi un hombre de felicidad.