Correr ya no es lo mismo, la casa
está triste, el patio ya no significa nada para mí, mamá ya no me habla; le
grito, le imploro y no responde, claro que en realidad nunca me hizo mucho
caso, sólo me hablaba cuando tú se lo pedías, haces tanta falta, haces tanto
vacío, y ahora que lo pienso algo tiene que ver el cómo eras, sí eso debe ser;
te hacía caso porque eras esquizofrénico, no sé qué es pero parece bueno. Debí
salir, debí hacerme ver cuando gritabas “¡César! ¡César! ¿Dónde estás?, sal…”
no diste conmigo, ¿Por qué escapaste? ¿Por qué fugaste? ¿Por qué te fuiste a
buscarme? ¿Acaso no viste que estaba debajo del poyo de la casa? Ahora mamá me
ve asombrada y llora, parece que no lo creyera, quizás no cree que te esté
mandando una carta, debe ser porque nunca lo he hecho, se ve asustada como si
viera un fantasma, estoy preocupado, la empiezo a calmar pero está en shock, me
acerco y corre al zaguán, parece no querer verme, no sin ti, vuelve miguel que
de nuevo al verme, puede inquietarse mamá…
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