Música Wave

viernes, 31 de agosto de 2012

DESEO


Yo te amo porque tú no me amas. Tu pequeñez me orienta la esperanza en la búsqueda de la dicha. Si tú crecieras como los árboles, yo no sabría qué desear. Tú eres la medida de mi gozo. Tú eres la medida de mi deseo. Detrás de todas las muertes, está el júbilo de reencontrarte en los paraísos terrenales. Amor, cosa pequeña que no crece nunca... Si un lucero cayera, tú lo recogerías, y te quemarías las manos. Mi amor no ha caído del cielo, y por eso no lo recoges. Eres tonta y linda como todas las mujeres. Tú ríes, y tu risa me reconcilia con la noche.
-¿Por qué no me amas? Sencillamente me abandonas al viento que pasa, y la hoja que cae y el farol que alumbra, como si al perderme nada perdieras. Y mi amor en esta hora es lo único que te es atento. Ahora nada inquietas sino mi amor que te sigue como tu sombra, queriendo verte los ojos. Ámame, aunque mañana, al despertar, ya no me recuerdes. Ámame, la hora te lo exige. ¡Ay de quien no obedece al tiempo!
[...]. Un viejo es un charco al que ninguna muchacha va a mirarse la cara. Porque la vida de uno es un charco, pero la vida de los otros son caras que vienen a mirarse en él. [...].
 M. Adán

martes, 28 de agosto de 2012

POÉTICA


Poética
Guitarra de Venas

Creo que escribir y publicar poesía obedece, fundamentalmente,
a dos necesidades que no son comunes a todos los seres humanos.
La primera, la de comunicarse con otros;
la segunda el afán de hacer
algo bello. (Probablemente no se consigue siempre tales propósitos;
sin embargo ínsito en creer que ellos resultan
connaturales a nuestra especie humana).
Por desgracia, hablando en términos económicos, en el marco del sistema
capitalista, la poesía es un artículo sin demanda; una suerte de lujo
destinado a “las grandes minorías”. (Me consuelan algunas mañanas
domingueras de Moscú donde vi a miles de personas
reunidas en torno de su fervor curios para escuchar poemas).
Hay, desde luego, a nivel mundial, quienes cuentan
con masas de lectores; pero son los menos.
¿A qué factor se debe esta falta de respuesta al trabajo poético?
Al margen de las causales sociológicas, mi experiencia me dicta
lo siguiente: la palabra poética, en aciago momento,
se divorció de la música
(¡Felices siglos aquellos en que ambas caminaban unidas por las manos;
ya en religiosos himnos indianos o bajo incrédulos
pórticos de los coros griegos!).
Este párrafo anterior puede explicar, en buena parte, por qué he dedicado
mi último tiempo, cada día más corto, a  escribir canciones populares.
Mi deseo es contribuir, en la medida en que me lo permita la guitarra
de mis venas, a un reconciliamiento, a un nuevo matrimonio
entre la palabra y la música. (Quisiera tener tiempo para asistir a la boda).
Y termino por donde principié… quiero comunicarme,
quiero hablar con mis semejantes; quiero hacer algo bello.
Quiero cantar.
 J.G.R