A Martín Adán
(Realmente siempre estuve apartado del mundo
o sumido en la bohemia.
Como un viejo samana,
probé de la turbia embriaguez del ciclo de las mutaciones
buscando siempre una salida,
una brecha,
que me permitiera evadir el dolor que produce el vacío)
¿Y qué es la soledad para usted Martín, para usted Adán?
-Es mi medio habitual,
convivo con ella desde ha mucho tiempo.
Te pediría no obstruir el paisaje de los faroles
que alumbran más allá de las veredas.
El panorama cambia como una película desde todas las esquinas
y los hombres son como niños inocentes.
Al final sólo queda resignarse.
Ya no me angustia la muerte,
es más, me río de ella.
¿Y tú quieres saber de mí?
Yo sólo sé de mi paso
de mi peso
de mi tristeza y mi zapato.
Si esa respuesta no te complace,
vete a ver el mar.
Ya nadie vive por razones.
Se muere por sentimientos,
lo que es más deprimente.
Después de 60 años la memoria se hace mierda
y se escribe poesía para apoderarse del mundo.
(Respondo el teléfono,
la niña escucha atentamente mi declaración.
Rebobino el ojo limpio de su sonrisa)
Estoy viejo, sí,
pero jamás he estado tan a merced
de volver de la locura.
Por eso escucho a los borrachos de San Pedro
repetir su destino:
Los poetas somos pésimos profetas.
Vedrino Lozano Achuy
Del Libro: Boleros para uno y otro tiempo.(Hipocampo Editores 2005)
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