foto: Gustavo Florian |
Soy Nabucodonosor
el hombre que se rebeló ante Dios
y se volvió loco.
Siete tiempos me tomó fumar la hierba de los campos.
Pinté una ventana
como si fuera un rompecabezas absurdo.
Resulta inútil implorar a los grandes espíritus
que el alma no sea desdoblada por las manos.
Sé que estoy loco.
Pago media res de vida
y sobre-vivo.
Es ahí cuando el hábito se convierte en instinto.
Me sentaré a beber el agua de tus ojos
en la fragilidad seca de los túneles.
Volveré a respirar
en jardines colgantes el aroma de tu nuca ausente.
Sabré acariciar las nuevas flores
pero no podré hablar las futuras lenguas.
Soy Nabucodonosor
el hombre que se rebeló ante Dios.
No me sigan porque yo también ando perdido.
Del libro: Boleros para uno y otro Tiempo
Vedrino Lozano Achuy
Del libro: Boleros para uno y otro Tiempo
Vedrino Lozano Achuy
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